Cada 28 de abril, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, una fecha establecida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para promover la prevención de accidentes y enfermedades laborales a nivel global.
Pero más allá de una fecha en el calendario, este día nos invita a reflexionar sobre un tema que impacta profundamente nuestras vidas: el derecho fundamental de cada trabajador a un entorno laboral seguro y saludable.

La realidad que no podemos ignorar
Según datos recientes de la OIT:
Cada 10 segundos, una persona muere a causa de un accidente o enfermedad relacionada con el trabajo.
Cada año, cerca de 3 millones de trabajadores pierden la vida debido a causas laborales.
De estas muertes, 2,6 millones corresponden a enfermedades profesionales, como enfermedades respiratorias, cánceres o dolencias cardiovasculares.
330.000 personas fallecen debido a accidentes laborales evitables.
Además, 395 millones de trabajadores sufren lesiones no mortales cada año, afectando su calidad de vida y su capacidad laboral.

¿Por qué es importante hablar de seguridad y salud laboral?
La seguridad en el trabajo no es un privilegio. Es un derecho humano fundamental.
Contar con ambientes laborales seguros protege la vida, mejora la productividad, impulsa el bienestar de los trabajadores y contribuye al desarrollo económico de las empresas y de las naciones.
Cada acción preventiva —desde el uso correcto de los Equipos de Protección Personal (EPP), hasta la implementación de programas de formación y sistemas de gestión de riesgos— salva vidas.
¿Qué podemos hacer?
La respuesta reside en un compromiso colectivo y una cultura de prevención proactiva:
- Empresas: Implementar y mantener sistemas de gestión de seguridad y salud robustos, realizar evaluaciones de riesgos exhaustivas, proporcionar la formación adecuada a los trabajadores, garantizar el uso de equipos de protección personal y fomentar una comunicación abierta sobre los riesgos laborales.
- Trabajadores: Participar activamente en las iniciativas de seguridad, reportar cualquier condición de trabajo insegura, seguir los procedimientos establecidos y velar por su propia seguridad y la de sus compañeros.
- Gobiernos y Organizaciones: Fortalecer las legislaciones laborales, garantizar su cumplimiento, promover la investigación y la difusión de buenas prácticas en prevención de riesgos laborales.

Detrás de cada número frío en las estadísticas, hay una historia humana que podemos y debemos evitar. La seguridad no es un costo, es una inversión en el bienestar de las personas y en la productividad sostenible.
En este Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, hagamos un llamado a la acción. Comprometámonos a construir entornos laborales donde la seguridad sea la prioridad, donde la salud sea protegida y donde cada trabajador pueda desempeñar sus funciones con la tranquilidad de saber que su bienestar es valorado.